Friday, October 19, 2007

 

Habla el padre de Astérix

Habla el padre de Astérix

Albert Uderzo ha fascinado niños y jóvenes -y a muchos adultos- por casi 50 años con su personaje de cómic, Astérix. A pesar de la muerte de su socio el guionista René Goscinny , el pLas historietas del héroe galo y sus amigos, que viven en un pueblo sitiado por los romanos, defendiéndose gracias a una pócima que los vuelve invencibles, ha sido un éxito de masas desde que apareció por primera vez en 1959. equeño y poderoso galo de los mostachos sigue dominando la vida de este dibujante francés.
Florence Richaud, una empleada de la editorial Les Editions Albert Rene, que publica las historietas, aprieta la nariz de un Astérix de plástico de buen porte, mientras espera junto al periodista Mario Cacciottolo fuera de la casa del hombre de cuyos trazos salieron los primeros dibujos del mito.
"Le traigo a Uderzo su 'hijo'", dice Richaud.
El figurín que ella carga -y al que Uderzo debe dar la aprobación final- es parte de productos promocionales de la nueva película inspirada en Astérix en los Juegos Olímpicos, que se estrenará el año que viene.
La protagonizan los consagrados Alain Delon y Gerard Depardieu.
Una vez dentro de la residencia de Uderzo, en el exclusivo distrito de Neilly-sur-Sienne en París, el octogenario artista ingresa a su despacho con dificultad, lentamente, apoyado en una muleta: su rodilla derecha se ha hinchado de pronto y lo ha obligado a visitar el hospital.
Su escritorio es exactamente como uno se lo imagina: luminoso y asoleado, lleno de figurines de Astérix, Obélix, sus vecinos y archienemigos.
También se apilan pinceles y colores, y en las paredes cuelgan varios dibujos originales.
Hay dos mesas. Uderzo las señala: "En ésta trabajo, y en esta otra calculo mis impuestos", explica.
Las peripecias de Astérix y la villa de galos con su cacique Abraracúrcix y el desafinado Asurancetúrix, junto a los romanos "majaretas" que los sitian, han salido de su imaginación y sus lápices.
Sus aventuras han sido traducidas a idiomas tan diversos como urdu, árabe o latín.
Como antaño
Desde la muerte de su guionista, Rene Goscinny, hace casi 30 años, Uderzo se ocupa también de los diálogos.
Trabajábamos juntos en el comedor. Buscábamos ideas, y aunque la mayoría de las veces las encontraba él, los dos colaborábamos", explica.
"Había una gran sintonía entre ambos. Goscinny sabía cómo iba a dibujar yo, y yo sabía qué quería él que dibujara", prosigue.
"Me daba el guión, y luego yo lo trabajaba", dice, y explica que es la "disciplina" de su compañero la que todavía utiliza hoy en día: primero escribe y luego dibuja.
A menudo, habla en plural y en presente, como si su socio siguiera con vida.
"Estamos cerca de revivirlo con un nuevo álbum", dice, para admitir luego que todavía no se le ha ocurrido una buena idea para la trama.
"Se me está haciendo más difícil con los años; luego de 33 álbumes, encontrar una idea ya no es tan fácil. Pero si no se me ocurre algo no voy a hacer un álbum sólo por el dinero. Me detendré", asegura.
Cuando se le pregunta a qué atribuye la popularidad y la longevidad del galo, explica: "Es una pregunta que me han hecho muchas veces, y que yo le pregunté a Goscinny también. En realidad todavía no sé la respuesta".
"Astérix lo lleva muy bien; luego de más de 50 años, todavía es muy esperado por los lectores", dice.
Un autodidacta
Puede que Uderzo haya estado mal de salud últimamente, pero se lo ve bronceado y no se le notan sus 80 años.
Habla con calma, despacio, con movimientos mínimos, y conserva en todo momento una media sonrisa.
Es un hombre que simplemente adora dibujar y que todavía se sorprende de que tanta gente se fascine con sus personajes tanto como él.
Explica que sobre todo creó Astérix "para divertirse" y que ahora se ha convertido en su "vida". Obélix es su personaje favorito en la serie.
Sus primeros esfuerzos artísticos fueron inspirados por Walt Disney, relata. "Comencé muy joven , pero no para hacer dinero; en esa época no se podía hacer dinero con esto", dice.
"Soy un completo autodidacta. Nunca tuve tiempo de aprender a dibujar. Debí salir a trabajar desde muy joven para ganarme el pan. Mi familia era muy humilde; mi padre trabajaba en una fábrica y no entendía cómo podía ser que yo quisiera hacer esto", recuerda.
"Estaba aterrado. Su imagen de los dibujantes era la del pintor decimonónico con tuberculosis", agrega.
Identidades y respeto
Uno de los elementos persistentes más característicos de Astérix son los afectuosos estereotipos de las nacionalidades que aparecen en las historias: los ingleses con sus discursos formales y su amor por la cerveza; los españoles bronceados, amantes del flamenco.
Trabajamos -y hablo en plural porque Goscinny aún tiene cierto monopolio- para hablar de unos pueblos que otra gente puede identificar. Si hiciéramos rubios a los españoles, nadie comprendería", dice.
Cuando se le pregunta la razón de que Goscinny siga tan presente o por qué todavía publica las historietas bajo la autoría de ambos, Uderzo contesta que es una cuestión de "respeto".
"Me daría vergüenza poner sólo mi nombre. Goscinny estará intrínsecamente relacionado a Astérix hasta el fin", dice.
Por último, se le pregunta si es cierto que la serie debe su nombre a que Astérix -de aster, en latín- es la "estrella".
"No", responde categórico. "Goscinny simplemente quería asegurarse de que nuestras historias aparecieran primero en una enciclopedia de cómics", remata.
Cortesia BBC - MUNDO

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